ROMANCERO

 

 

ROMANCE HISTÓRICO

 

La jura de Santa Gadea

 

En Santa Gadea de Burgos

do juran los fijosdalgo

allí le toma la jura

el Cid al rey castellano,

sobre un cerrojo de hierro

y una ballesta de palo.

Las juras eran tan recias,

que a todos ponen espanto:

<<Villanos mátente, Alfonso,

villanos, que non fidalgos;

de las Asturias de Oviedo

que non sean castellanos;

abarcas traigan calzadas,

que non zapatos con lazos;

capas traigan aguaderas,

no de contray, ni frisado;

con camisones de estopa,

non de holanda, ni labrados;

vayan cabalgando en burras,

non en mulas y caballos;

las riendas traigan de cuerda,

non de cuero fogueados;

mátente con aguijadas,

no con puñales dorados;

mátente por las aradas,

no por villas ni poblados,

sáquente el corazón vivo

por el derecho costado,

si non dijeres verdad

de lo que te es preguntado:

si tú fuiste o consentiste

en la muerte de tu hermano.>>

 

 

Anónimo ( Siglo XV aproximadamente)

Los 25000 mejores versos de la lengua castellana

Círculo de Lectores, Barcelona, 1963.

ROMANCE FRONTERIZO

 

Abenámar

 

<<¡Abenámar, Abenámar,

moro de la morería,

el día que tú naciste

grandes señales había!

Estaba la mar en calma,

La luna estaba crecida :

Moro que en tal signo nace

No debe decir mentira.>>

Allí respondiera el moro,

bien oiréis lo que decía:

<<No te la diré, señor,

aunque me cueste la vida,

porque soy hijo de un moro

y una cristiana cautiva;

siendo yo niño y muchacho,

mi madre me lo decía:

que mentira no dijese,

que era grande villanía:

por tanto, pregunta, rey,

que la verdad te diría.>>

<<Yo te agradezco, Abenámar,

aquesta tu cortesía.

¿ Qué castillos son aquéllos?

¡Altos son y relucían!>>

<<El Alambra era, señor,

y la otra la mezquita:

los otros los Alíxares,

labrados a maravilla.

El moro que los labraba

cien doblas ganaba al día,

y el día que no los labra,

otras tantas se perdía.

Desque los tuvo labrados

el rey le quitó la vida

porque no labre otros tales

al rey del Andalucía.

El otro es Generalife,

huerta que par no tenía;

el otro Torres Bermejas,

castillo de gran valía.>>

Allí hablara el rey don Juan,

bien oiréis lo que decía:

<<Si tú quisieras, Granada,

contigo me casaría;

daréte en arras y dote

a Córdoba y a Sevilla.>>

<<Casada soy, rey don Juan,

casada soy, que no viuda;

el moro que a mí me tiene

muy grande bien me quería.>>

 

 

Anónimo (  En torno al siglo XV )

Los 25000 mejores versos de la lengua castellana

Circulo de Lectores, Barcelona, 1963.