Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla

 

Voto a dios que me espanta esta grandeza

Y que diera un doblón por describilla,

Porque ¿a quién no sorprende y maravilla

esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza

Vale más de un millón, y que es mancilla

que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!

Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto

por gozar este sitio hoy ha dejado

la gloria donde vive eternamente.

Esto oyó un valentón, y dijo: --Es cierto

cuanto dice voacé, seor soldado.

Y el que dijere lo contrario, miente--.

Y luego, incontinente,

caló el chapeo, requirió la espada

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

 

Miguel de Cervantes ( Alcalá de Henares 1547/1616)

Diez siglos de poesía castellana

Selección de Vicente Gaos

Alianza Editorial, Madrid, 1979.